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Año 21

A propósito del año 21, la comunicación y Leonard Cohen

año 21

Archivos mensuales: diciembre 2020

Hay una grieta en todo, recitaba Cohen: así es como entra la luz. Acaba un año socialmente traumático, pero también un año lleno de aprendizajes tanto a nivel individual como colectivo: que levante la mano quien no haya adquirido nuevos conocimientos y destrezas o descubierto nuevas herramientas digitales, quien no haya comprendido –si es que aún quedaban dudas– el estrecho vínculo que nos une con la naturaleza o quien siga pensando que las decisiones individuales no producen grandes cambios (para bien o para mal).

Entramos en época de propósitos (bonita palabra) para el año 21 (bonito número). Un año especialmente simbólico, pero no solo, que marca el comienzo de una década crucial: la frontera temporal 20/30 o «Década de Acción», tal y como la ha bautizado la ONU.

Tenemos enormes retos por delante. La pobreza y la desigualdad creciente, la frágil salud global, las migraciones forzosas, las guerras que a día de hoy siguen abiertas en varios países de África y Oriente Medio o la emergencia climática, transversal a todo lo anterior, se suman a otros desafíos no menores como la tensión demográfica y ecológica de las ciudades o las oportunidades de la digitalización y los límites éticos de la tecnología. Todos ellos contemplados en los Objetivos de Desarrollo Sostenible.

«Los ODS son el viaje a la luna de nuestra generación», afirmaba Jeffrey Sachs, economista y uno de los padres de esta gran agenda global, en una entrevista para El País. Del mismo modo que, en aquella década de los 60, el ser humano lograba algo que creía impensable, hoy tenemos una vacuna a las puertas que se ha desarrollado en pocos meses (con la sexta marcha metida, no obstante) cuando, hasta ahora, llevar una vacuna del laboratorio a la calle había requerido un promedio de 10 años.

Una vez más se evidencia lo que muchas voces, desde diversas esferas, llevamos tiempo diciendo: que la ciencia y la perspectiva colaborativa constituyen el binomio del progreso y que los Objetivos de Desarrollo Sostenible son fin y medio para salir de este trance y para alcanzar un futuro mejor para todos, en armonía con los límites planetarios.

Nuestro propósito no podía ser otro que seguir elevando nuestra ambición a través de lo que mejor sabemos hacer: ayudar a las marcas a activar su gestión ética y sostenible a través de la comunicación, en su amplio y profundo sentido de la palabra. Reconocemos que en 21gramos somos tendenciosos, sí, y asumimos de manera honesta y transparente nuestro sesgo: que la comunicación debe contribuir a la construcción de un mundo más justo, humano y sostenible.

Pues bien, queremos dar la bienvenida al nuevo año y a la nueva década con un proyecto ilusionante: nuestro Especial 21, titulado Tiempos de con(s)ciencia. A través de distintos reportajes, entrevistas, podcasts y artículos, profundizaremos en los distintos retos globales de la mano de líderes de opinión y expertos de reconocido prestigio. Un proyecto que reúne calidad editorial, rigor, análisis crítico, creatividad y talento comprometido. Los ingredientes con los que siempre trabajamos.

Este Especial constará de 21 contenidos que enviaremos a nuestra lista de suscriptores en tres bloques, correspondientes a nuestras tres primeras newsletters del año: el 21 de enero, el 21 de febrero y el 21 de marzo. Es nuestro particular regalo de profundo agradecimiento para quienes nos acompañáis en este camino. Y una invitación a todo aquel que quiera unirse a conversar y co-inspirar con nosotros.

No podemos asegurar que todos salgamos mejores o más fuertes de esta crisis, pero sí más conscientes. Y la consciencia es el primer paso para la acción.

Las oportunidades están ahí, en cada grieta.

Os deseo unas muy felices fiestas en este año cuando menos imborrable en nuestras memorias.

Marta González-Moro, CEO de 21gramos e impulsora de Marcas con Valores

especial 21

De voluntario a activista

Archivos mensuales: diciembre 2020

Por Lucía Roncero, Responsable de Proyectos en 21gramos

La nueva realidad que vivimos ha vuelto a poner sobre la mesa la relevancia de la interdependencia en nuestra sociedad. Un concepto sin el que no existiría el desarrollo sostenible, ya que no se refiere a otra cosa que al corto recorrido de las acciones guiadas por intereses individuales dentro de un sistema, como si de todos no dependiera uno y de uno, todos.

Al hilo del Día Internacional de los Voluntarios que se celebró el pasado 5 de diciembre y, tras trabajar en distintas acciones con algunos de nuestros clientes, hoy abordamos esta reciprocidad como ese algo elemental que eleva a las acciones voluntarias a una de las mayores expresiones de los valores de una comunidad y una de las claves para la transformación social, ya que nacen de ella genuinamente.

Empresa, ¿cuál es tu orientación social?

Todos los agentes de la sociedad están entendiendo, algunos a marchas forzadas, que el desafío es tan grande que debemos afrontarlo juntos con espíritu colaborativo. Como empresas, ya no se trata de ser una marca relevante sino de ser una marca trascendente, que sea capaz de generar –y genere– un impacto positivo y medible.

Ya no cabe preguntarse si una organización tiene orientación social sino decidir cuál es.

Ya no cabe preguntarse si una organización tiene orientación social sino decidir cuál es. Porque ser cauce del activismo social responde a la demanda de autenticidad de la ciudadanía en general (y empleados en particular) y conecta a empresas con personas a través de los valores universales. Una aportación de beneficio conjunto que grandes compañías como Caser llevan años trabajando, poniendo ahora el foco en su área de voluntariado corporativo a través de espacios como Fundación Caser Eres tú, que sitúa a los empleados como protagonistas de su acción social.

El activista siempre estuvo ahí

La voluntad de co-construir y colaborar ya estaba presente, quizá de forma latente, en las personas y al asumir las marcas su responsabilidad y generar espacio común, no hacen más que empoderar a sus equipos, que se sienten parte de un movimiento que demuestra que otra forma de hacer las cosas es posible.

Vivir los valores de la compañía y formar parte de su labor despierta, de una forma asombrosa, el orgullo de pertenencia de los empleados, que sienten las acciones corporativas como propias, perciben mejor que la empresa toma partido y, además, comparten sus satisfacciones de manera real.

La co-responsabilidad, un término en el que profundiza el III Estudio de Marcas con Valores, es la base de acciones de voluntariado como la desplegada junto a Fundación QuirónSalud y su proyecto de educación con valores y sensibilización en hábitos saludables en las aulas “Stay Healthy”, en el que médicos del Grupo QuirónSalud de toda España se convierten en valedores de un programa que persigue contribuir a mejorar la calidad de vida de los adolescentes y sus familias.

Propósito, autenticidad… ¡y acción!

Algunas compañías apuestan y trabajan por elevar, cada vez más, su ambición ética y sostenible y legitimar su rol social con planes de voluntariado como despliegue de su propósito corporativo y legitimador de la coherencia. Así lo entiende (y lo materializa) Leroy Merlin, que va un paso más allá y transversaliza su acción social tras profundos procesos de escucha activa en los que el equipo de innovación social de 21gramos tiene la oportunidad de colaborar.

Porque si hay algo en lo que creemos desde 21gramos es en el empoderamiento individual para transformar las cosas, construir un renovado hábitat común y, en resumidas cuentas, para volver a cuidarnos.

Si necesitas desplegar el voluntariado corporativo en tu empresa, si tienes dudas o si quieres que el equipo especializado de 21gramos atienda tu caso personalmente, escríbenos a hola@21gramos.net.

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