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La hora de los valientes

Gramers

Si hacemos caso al pensamiento de Wittgenstein, los límites de nuestro lenguaje son los límites de nuestro mundo. En un entorno que parece cambiar cada vez más rápido, los límites, las palabras y la forma de usarlas también están en permanente transformación. ¿Qué queremos decir hoy cuando calificamos a una empresa como sostenible y a sus líderes como líderes del siglo XXI?

La primera y más importante lección que nos deja la pandemia es que somos interdependientes: vivimos en sociedad y nuestras decisiones y actos empresariales trascienden las fronteras corporativas. Otra, que la tecnología es la palanca de la innovación para solucionar los grandes retos de la humanidad; y, una tercera, que la sostenibilidad, de manera holística, debe ser una meta común para toda la organización y no circunscribirse a un departamento. Todo ello forma parte de una transformación cultural que es ya una prioridad: aunque todos los miembros de las corporaciones deben formar parte del cambio, son los CEOs y los Consejos de Administración quienes deben liderarlo desde el ejemplo. Debemos articular un lenguaje compartido que marque nuestra manera de pensar, hacer y contar dentro y fuera de la compañía.

«El nuevo liderazgo es aquel que, escuchando a la ciudadanía, conecta el desempeño de su organización con el anhelo común de un mundo más justo, humano y sostenible»

Hace ya años que empezamos a interiorizar el mensaje de que el beneficio de las empresas iría indiscutiblemente de la mano de su propósito y de su gestión implícita del impacto medioambiental y social con la mirada en el largo plazo. La pandemia no ha hecho más que demostrarlo: si no reconstruimos juntos un sistema en el que todos nos salvemos, no habrá sistema que salvar. Ante esta nueva realidad, también como ciudadanos estamos todos cada vez más implicados para hacerlo: ejercer el voto ya no es suficiente, puesto que asumimos que con nuestras propias decisiones construimos la sociedad que habitamos. El nuevo liderazgo es aquel que, escuchando a esa ciudadanía, conecta el desempeño de su organización con el anhelo común de un mundo más justo, humano y sostenible.

Empachados de la comunicación de buenos propósitos, hoy queremos saber qué –pero, sobre todo, cómo– lo están haciendo las compañías para conseguir las metas sostenibles que aparecen en la Agenda global. La honestidad del líder y de la propia compañía no son negociables: igual que aplaudimos nuestros logros, es hora de contar qué tenemos pendiente e incluso en qué no hemos obtenido los resultados esperados, superando el lenguaje triunfal de los discursos orientados a la satisfacción de los accionistas para apostar por una comunicación transparente que subraye el compromiso conjunto y la ambición de las organizaciones para seguir avanzando hacia el futuro que queremos.

Aunque la realidad compleja nos empuje a menudo hacia el escepticismo, existen motivos para ser optimistas: es la hora de los líderes valientes. Sabemos que aún queda mucho por hacer, pero que es el momento de hacerlo diferente porque el mañana empezó ayer, pero lo construimos –y lo contamos–, juntos, hoy.


(*) Marta González-Moro es CEO de 21gramos e impulsora del movimiento Marcas con Valores.


Esta tribuna fue publicada en el número de mayo de la Revista APD, especial sobre el panorama CEO. Puedes descargar la revista completa en este enlace

Humberto Maturana

Humberto Maturana o la biología transformadora del amor

Humberto Maturana o la biología transformadora del amor 

Por Ximena Sapaj, directora de Inteligencia Social de 21gramos.

«Todo ser humano requiere para vivir a otro ser humano, fundamentado en el mutuo respeto y la honestidad y eso es la base de la vida en sociedad».

El pasado día 6 de Mayo fallecía en Santiago de Chile Humberto Maturana, biólogo, filósofo, epistemólogo y uno de los grandes sabios de Chile. Nacido en la misma ciudad en 1928, estudió en el Liceo Manuel de Salas y en 1950 ingresó a la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile. Cuatro años más tarde, se trasladó al University College de Londres para estudiar anatomía y neurofisiología, gracias a una beca de la Fundación Rockefeller. Además de impartir clase en la escuela de Medicina de la Universidad de Chile e investigar en el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), fue nombrado doctor honoris causa en la Universidad Libre de Bruselas y fundó, junto a Ximena Dávila, el Instituto de Formación Matríztica en el año 2000.

Más allá de estos breves apuntes biográficos, como biólogo, Maturana es reconocido a nivel mundial por establecer una definición del fenómeno de la vida, inexistente anteriormente –aunque la pregunta de qué es la vida sea tan antigua como el propio ser humano y pueda parecer extraño que alguien tan contemporáneo fuese capaz de dar una respuesta tan radicalmente innovadora–. Así, con la ayuda de su estudiante, Francisco Varela, acuñó para ello el concepto de autopoiesis a comienzos de la década de 1970, procedente del griego auto (a sí mismo) y poiesis (creación). «Los seres vivos somos sistemas autopoiéticos moleculares, o sea, sistemas moleculares que nos producimos a nosotros mismos, y la realización de esa producción de sí mismo como sistemas moleculares constituye el vivir», afirmó Maturana en 2019.

Según su teoría, todo ser vivo es un sistema cerrado que está continuamente creándose a sí mismo y, por lo tanto, reparándose, manteniéndose y modificándose, siendo un sistema autopoiético aquel que se reproduce, crea y repara sus propios elementos, como una herida que sana. Para Maturana y Varela, se trata de la propiedad básica y distintiva de los seres vivos, pues al si no existiera autopoiesis y no pudiéramos renovar nuestras células, los seres vivos morirían.

«A diferencia de las máquinas, cuyas funciones gobernantes son insertadas por diseñadores humanos, los organismos se gobiernan a sí mismos», refiere la prestigiosa Enciclopedia Británica en su entrada sobre la autopoiesis, concepto que incluye como una de las seis grandes definiciones científicas de la vida. No en vano, esta teoría ha tenido un profundo impacto en distintas áreas del conocimiento como la biología, la neurociencia, la filosofía, la sociología, la psicología y múltiples campos.

Algunos aprendizajes que nos deja Maturana

Cuando Maturana se preguntaba sobre qué es lo característico del ser humano, solía centrar su respuesta en el lenguaje y la reflexión. Para él, los seres humanos somos los únicos seres vivos que podemos preguntarnos lo que hacemos, es decir, que podemos reflexionar. «Tal vez la reflexión es un don y una maldición humana», afirmaba con frecuencia.

La reflexión abre el espacio de mirar cómo se hace lo que se está haciendo – y ese es nuestro gran tesoro–, pero eso implica necesariamente que podamos escoger, y eso nos hace responsable de lo que hacemos.

 

El lenguaje fue otro de sus grandes campos de estudio, sobre el que estima que es básicamente una coordinación de coordinaciones y es lo que, además, nos hace humanos. «No es un sistema de comunicación o transmisión de información, sino un sistema de convivir en las coordinaciones de los deseos, los sentires, los haceres, en cualquier dimensión del convivir que está ocurriendo», explicaba. Así, al relacionarme con otros a través del lenguaje, voy cambiando mi propia forma de entender las cosas y produciendo cambios palpables a nivel físico, ya que al interactuar desde el lenguaje se establecen nuevas conexiones neuronales. En otras palabras, nuestros cuerpos se van transformando según lo que hacemos desde el lenguaje y, naturalmente, también aplicamos en nuestro lenguaje según lo que se transforme en nuestros cuerpos.

«Para poder reflexionar hay que soltar los apegos, movernos en un espacio relacional sin expectativas, sin prejuicios…»

Sobre estas bases, Maturana fue construyendo un aporte esencial al entendimiento de nuestra experiencia como seres humanos, que se manifiesta en sus propuestas sobre la biología del conocer y del amar.

Partiendo de la biología, el filósofo vincula el lenguaje con las emociones, la cultura y el amor: todo el quehacer humano se da dentro del lenguaje, por lo que, si no hay lenguaje, no hay quehacer humano. Simultáneamente, como todo lo que hacemos nace de la emoción, todo nuestro quehacer como seres humanos ocurre dentro del cruce entre esta y el lenguaje, que surge desde la aceptación del otro. O sea, desde el amor.

El planteamiento básico de Maturana, es que el hecho de conocer debe tener bases biológicas porque, sin ellas, es imposible que podamos tener experiencia humana alguna. Por lo tanto, deben existir bases biológicas que determinen la manera en que conocemos las cosas. Y la emoción, una respuesta biológica a nuestras necesidades como organismos, es una parte esencial en ello.

«Lo que guía la conducta humana es la emoción, no la razón»

En general, tratamos lo racional como un fundamento universalmente válido para todo lo que hacemos, pero no es así: todo sistema racional está basado en premisas aceptadas a priori, de forma arbitraria, desde las preferencias personales. En el fondo, somos seres emocionales que buscan validar racionalmente esas emociones. Esto es efectivo incluso en ámbitos tan fríos o abstractos como la matemática y las ciencias exactas, pues uno acepta las premisas fundamentales o los puntos de partida porque quiere hacerlo, por motivos emocionales y no racionales.

Todo lo que hacemos como humanos, lo hacemos en conversaciones

Para Maturana, a medida que crecemos, vamos uniendo las emociones al lenguaje, en un entrelazamiento al que llama conversaciones.

Es en el conversar –«dar vueltas sobre un tema»– donde es posible llegar a una armonía y lo que permite a las partes que participan un entendimiento. Así, para el filósofo esta es la base de la vida social: reflexionar, conversar, escuchar.

En dichas conversaciones, Maturana plantea que se expresan las emociones subyacentes. Por ejemplo, a través de la agresión, el otro es negado de forma directa o indirecta como un otro que puede coexistir legítimamente con uno. En cambio, a través de la indiferencia, sencillamente no vemos al otro como otro, pues no tiene presencia y queda fuera de nuestro ámbito de preocupaciones. Sin embargo, en el lado contrario, el amor es la emoción donde el otro tiene una existencia legítima, donde no se le niega sino que se le acepta como un otro válido. Y es desde ahí desde donde podemos construir una vida en sociedad.

«El amor es la aceptación del otro como legítimo otro en la convivencia»

«Las personas generan todo lo que sucede en la empresa y lo fundamental es que estén haciendo lo que saben hacer de manera cuidadosa en el momento oportuno. Para que eso ocurra, tenemos que escucharnos recíprocamente porque si no, resulta en incoherencias en lo que hacemos como comunidad empresarial», explicaba.

Los seres humanos somos intrínsecamente amorosos

Desde su perspectiva como biólogo, Maturana considera que el amor es la emoción fundamental que hace posible nuestra evolución como seres humanos. «Cuando hablo de amor no hablo de un sentimiento ni hablo de bondad o sugiriendo generosidad. Cuando hablo de amor hablo de un fenómeno biológico, hablo de la emoción que especifica el dominio de acciones en las cuales los sistemas vivientes coordinan sus acciones de un modo que trae como consecuencia la aceptación mutua, y yo sostengo que tal operación constituye los fenómenos sociales», define.

En ese sentido, los seres humanos somos intrínsecamente amorosos, y podemos comprobarlo fácilmente observando lo que ocurre cuando a una persona se le priva del amor, se le niega el derecho a existir o se le quita validez a sus propios fundamentos emocionales para la existencia. La carencia de afecto produce trastornos como ansiedad, agresividad, desmotivación, inseguridad, tristeza y estrés crónico.

Entender la vida social, de las organizaciones y grupos desde la perspectiva amorosa nos permite asumir que, si queremos lograr conversaciones válidas que apuesten por el entendimiento y la reflexión, tenemos que ser capaces de expresar y entender nuestras emociones y las de nuestros interlocutores. Hoy más que nunca, es hora de aplicar esta gran lección de interdependencia y empatía que nos deja Maturana. No olvidaremos su aprendizaje.

Feminismo Y Generaciones

Feminismo y generaciones: una cuestión de progreso

Feminismo y generaciones

Gramers

Por Lucía Roncero, responsable de comunicación y cultura corporativa de 21gramos.

“El feminismo ha sido y es esa suma de acciones contra corriente, de rebeldías y afirmaciones, que tantas mujeres han hecho y hacen sin tener para nada la conciencia de ser feministas”. En un momento en el que, como plantea la filósofa Amelia Valcárcel, las mujeres pueden ya ser capaces de forjar una voluntad común para continuar con el avance en libertades, y con motivo del Día Internacional de la Mujer, en 21gramos queremos (humildemente) compartir algunas reflexiones de mujeres gramers de distintas generaciones sobre feminismo e igualdad.

Pensamientos que nos inspiran, hoy más que nunca, para seguir avanzando hacia la co-construcción de una sociedad más igualitaria y justa para todas.

Generación Z: lucha por un cambio real

Bárbara López (Ilustradora) Asunción Blanco, Mariola Moreno y Andrea Nogueiras (Ejecutivas de Cuentas)

Las nuevas generaciones recogen hoy los frutos del cambio sembrado por sus antecesoras. Ellas tienen en sus manos conservar lo ya hecho y seguir avanzando hacia un lugar común.

Son mujeres que, como Asun, tienen presente que ninguna conquista es permanente y la igualdad exige ahora de una lucha, quizá menos evidente tras derribar los muros del sistema, pero igual de consistente ante dinámicas cotidianas que no han cambiado: “Igualdad, para mí, sería vivir el género como un aspecto que no marcara ninguna diferencia en la vida de ninguna mujer. Hasta entonces, seguiremos trabajando”.

Pequeñas batallas diarias que (como relata la periodista Laura Martínez en Desde la trinchera: microbatallas feministas) aunque sean menos visibles, alimentan la desigualdad estructural y nos recuerdan que hay que estar reclamando constantemente. Así lo piensa también Mariola: “Se trata de un cambio real, un cambio en las conciencias y en la vida diaria. Que el género no suponga ningún pero para nadie”. Para ella, aunque todavía nos quede mucho para tachar de la lista el 5º ODS, la clave está en una educación feminista que nos haga más iguales y más libres. Andrea añade en este punto la necesidad de redefinir la cultura para alcanzar un cambio real: “Nacer hombre o mujer no se elige. Lo que sí se elige es la cantidad de cultura y conocimientos con los que esa persona decide nutrirse, y es un lugar que todavía nos queda por conquistar”.

Porque sí, estamos mejor, pero seguimos sin estar todas bien.

Millenials: nuevas creencias para re-construir el sistema

Ainara García (Técnica de Sostenibilidad) y Lucía Roncero (Responsable de Proyectos)

Para las gramers millenials el feminismo es, hoy, global, masivo, unitario e intergeneracional (Cecilia Castaño, Catedrática de Economía Aplicada de la UCM) y sus demandas son, han sido y serán, sinónimo de progreso social y económico. Una fuerza imparable que hace caminar a la sociedad hacia delante y que supera los prejuicios dados por hecho durante siglos.

Ainara conecta este camino, además, con el respeto, la empatía y la ideología de lo posible, “Alcanzar la igualdad consiste en normalizar todo aquello que una cultura, religión, tradición o prejuicio ha definido como antinatural o inconcebible, y avanzar hacia la creencia de todo es posible, es la máxima expresión de vive y deja vivir. La igualdad es el resultado de unir la empatía con el respeto hacia todas aquellas personas que, como nosotras, están de paso en un mundo que nos acoge para crecer y desarrollarnos”.

Erradicar desigualdades naturalizadas es para Lucía, el mayor regalo que le ha hecho mirar la realidad desde el feminismo (y más allá de él) y cree que debemos cambiar el enfoque para el futuro, pero también reescribir la historia con una nueva visión que acabe con la falta de referentes femeninos: “Llevábamos demasiado tiempo perpetuando roles que han adormecido las verdaderas vocaciones de las mujeres, a través de una historia contada por hombres”.

Generación X: un compromiso como ciudadanía

Elena Escobar (Directora de Proyectos)

El feminismo es cimiento de la democracia (debe serlo) y para la voz gen X gramer la igualdad es un derecho, pero también un compromiso que ha de adquirir la ciudadanía democrática.

Así lo considera Elena, para quien “la igualdad de género es equidad. Es paridad. Es imparcialidad. Es sociedad desprejuiciada, sin barreras, libre de estereotipos, adicta al diálogo y orgullosa de sus contrastes y su diversidad. Es hacer añicos el techo de cristal y acabar con las dificultades impuestas para alcanzar posiciones de liderazgo. Es convivencia. Es respeto y amor sin etiquetas ni censuras. Y es, asimismo, visibilidad, implicación y compromiso para ser ciudadanía con mayúsculas. Una CIUDADANÍA más pacífica, justa, próspera, sostenible, constructiva y transformadora”. Repensar el concepto de ciudadanía y sus sesgos de género será esencial para poder escribirla con letras capitales.

Generación Silver: la igualdad es co-responsabilidad

Teresa Arozarena (Consultora de RSC y Sosteniblidad)

La visión más madura de las mujeres gramers nos la da Teresa, que reivindica el valor de las diferencias y defiende que estas solo se gestionarán con éxito desde una igualdad real: “Es la diversidad la que nos permite abordar los problemas con éxito, desde todas sus perspectivas, y no es posible conseguirla sin igualdad de oportunidades”.

Además, resalta el concepto de la sororidad y la responsabilidad individual, pero también compartida, para aceptar las diferencias y valorar su riqueza: “A veces somos las más duras juezas de nosotras mismas; más que compartir los roles, hemos tendido a duplicarlos, con un coste físico y emocional tremendo. En ocasiones por no poderlos compartir; en otras, por no querer delegar. La co-responsabilidad requiere de confianza en las capacidades del otro: tanto entre hombres y mujeres, como entre generaciones, religiones o nacionalidades distintas.”

Movimientos como #Metoo, #NoMoreMatildas o #Niunamenos; mujeres líderes que construyen un futuro igualitario, como Kamala Harris, Alexandria Ocasio-Cortez o Okonjo-Iweala; activistas como Devermut, Malala o Emma Watson;  profesionales pioneras como la primera árbitra en la Champions League, Stéphanie Frappart; o las galardonadas con el Premio Nobel en la ramas de Física y Química (dominadas tradicionalmente por hombres), Jennifer Doudna y Andrea Ghez, nos impulsan a todas las mujeres en 21gramos (son todas las que están, pero no están todas las que son), a seguir —aceptando nuestras propias imperfecciones— construyendo una sociedad mejor para todas, que responda a los desafíos del futuro en clave feminista.

Porque, parafraseando de nuevo a Valcárcel, “la medida de la libertad que tenga una sociedad depende de la libertad de que disfruten las mujeres de esa sociedad”.

Porque feminismo es sinónimo de un progreso que no deja a nadie atrás.

Año 21

A propósito del año 21, la comunicación y Leonard Cohen

año 21

Gramers

Hay una grieta en todo, recitaba Cohen: así es como entra la luz. Acaba un año socialmente traumático, pero también un año lleno de aprendizajes tanto a nivel individual como colectivo: que levante la mano quien no haya adquirido nuevos conocimientos y destrezas o descubierto nuevas herramientas digitales, quien no haya comprendido –si es que aún quedaban dudas– el estrecho vínculo que nos une con la naturaleza o quien siga pensando que las decisiones individuales no producen grandes cambios (para bien o para mal).

Entramos en época de propósitos (bonita palabra) para el año 21 (bonito número). Un año especialmente simbólico, pero no solo, que marca el comienzo de una década crucial: la frontera temporal 20/30 o «Década de Acción», tal y como la ha bautizado la ONU.

Tenemos enormes retos por delante. La pobreza y la desigualdad creciente, la frágil salud global, las migraciones forzosas, las guerras que a día de hoy siguen abiertas en varios países de África y Oriente Medio o la emergencia climática, transversal a todo lo anterior, se suman a otros desafíos no menores como la tensión demográfica y ecológica de las ciudades o las oportunidades de la digitalización y los límites éticos de la tecnología. Todos ellos contemplados en los Objetivos de Desarrollo Sostenible.

«Los ODS son el viaje a la luna de nuestra generación», afirmaba Jeffrey Sachs, economista y uno de los padres de esta gran agenda global, en una entrevista para El País. Del mismo modo que, en aquella década de los 60, el ser humano lograba algo que creía impensable, hoy tenemos una vacuna a las puertas que se ha desarrollado en pocos meses (con la sexta marcha metida, no obstante) cuando, hasta ahora, llevar una vacuna del laboratorio a la calle había requerido un promedio de 10 años.

Una vez más se evidencia lo que muchas voces, desde diversas esferas, llevamos tiempo diciendo: que la ciencia y la perspectiva colaborativa constituyen el binomio del progreso y que los Objetivos de Desarrollo Sostenible son fin y medio para salir de este trance y para alcanzar un futuro mejor para todos, en armonía con los límites planetarios.

Nuestro propósito no podía ser otro que seguir elevando nuestra ambición a través de lo que mejor sabemos hacer: ayudar a las marcas a activar su gestión ética y sostenible a través de la comunicación, en su amplio y profundo sentido de la palabra. Reconocemos que en 21gramos somos tendenciosos, sí, y asumimos de manera honesta y transparente nuestro sesgo: que la comunicación debe contribuir a la construcción de un mundo más justo, humano y sostenible.

Pues bien, queremos dar la bienvenida al nuevo año y a la nueva década con un proyecto ilusionante: nuestro Especial 21, titulado Tiempos de con(s)ciencia. A través de distintos reportajes, entrevistas, podcasts y artículos, profundizaremos en los distintos retos globales de la mano de líderes de opinión y expertos de reconocido prestigio. Un proyecto que reúne calidad editorial, rigor, análisis crítico, creatividad y talento comprometido. Los ingredientes con los que siempre trabajamos.

Este Especial constará de 21 contenidos que enviaremos a nuestra lista de suscriptores en tres bloques, correspondientes a nuestras tres primeras newsletters del año: el 21 de enero, el 21 de febrero y el 21 de marzo. Es nuestro particular regalo de profundo agradecimiento para quienes nos acompañáis en este camino. Y una invitación a todo aquel que quiera unirse a conversar y co-inspirar con nosotros.

No podemos asegurar que todos salgamos mejores o más fuertes de esta crisis, pero sí más conscientes. Y la consciencia es el primer paso para la acción.

Las oportunidades están ahí, en cada grieta.

Os deseo unas muy felices fiestas en este año cuando menos imborrable en nuestras memorias.

Marta González-Moro, CEO de 21gramos e impulsora de Marcas con Valores

especial 21

21gramos, empresa certificada B Corp

Gramers

21 gramos es el peso del alma. Esa alma representa nuestro compromiso con las personas y con el planeta, el propósito con el que nacimos en 2007 y que nos motiva cada día para seguir mejorando.

Desde 2019 podemos decir con orgullo que 21gramos es una B Corp, porque ha sido certificada por su cumplimiento con los más altos estándares en términos de desempeño social y ambiental, transparencia y responsabilidad empresarial, convirtiéndonos así en la primera consultora de comunicación española B Corp y elegida Best For The World en categoría Workers (Empleados).

Esta certificación nos ha permitido, a su vez, descubrir nuevos procesos de innovación y excelencia empresarial. Siendo nativos sostenibles y con 14 años de andadura, nos sorprende que cada día nuestra ambición de impacto sea mayor.

Sumarse a los desafíos globales desde las propias incertidumbres y contextos locales o individuales eleva nuestra ambición y nos empodera.

Por qué somos B Corp: algunos datos de impacto


  • El 100% de nuestros proyectos impacta positivamente en el entorno en, al menos, una de las cinco áreas B Corp: Trabajadores, Comunidad, Medio Ambiente, Gobernanza y Clientes.


  • Nuestra metodología de trabajo parte de una perspectiva colaborativa, involucrando a los clientes en el proceso para co-crear el proyecto con ellos.


  • En el marco de nuestro compromiso Net Zero 2030, implementamos medidas de reducción y compensación de emisiones tanto en nuestra oficina como en nuestros eventos.


  • El promedio de satisfacción de nuestros empleados se sitúa en el rango del 81-90%.


  • Contamos con nuestro manual del empleado y con el «Decálogo del bienestar gramer», que reflejan nuestro compromiso por la igualdad de oportunidades, la transparencia, la escucha activa y la colaboración.


  • Apoyamos la conciliación de la vida personal y familiar. Facilitamos el acceso a la formación y desarrollo personal y profesional. Castigamos el acoso y el abuso. Motivamos el voluntariado y el servicio a la sociedad.


  • El 100% de la propiedad de la compañía pertenece a mujeres.


  • Somos talento comprometido: el 100% de nuestros empleados está comprometido con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de Naciones Unidas.


  • A través de nuestros estudios de Marcas con Valores, contribuimos a la sensibilización sobre consumo consciente y al ODS 12.


  • A través del área de Más Allá de la Z, contribuimos a la sensibilización y divulgación de valores éticos y sostenibles en el ámbito educativo.


  • A través de Aula21, formamos a los profesionales para liderar la transformación que requieren los actuales desafíos medioambientales y sociales.


  • Constantemente incorporamos el impacto social y medioambiental en la toma de decisiones, ya que lo consideramos importante para el éxito y rentabilidad de nuestro negocio. El Consejo Directivo revisa trimestral y anualmente estos hitos.


Las organizaciones tenemos el deber, y la oportunidad, de ejercer nuestro «rol político», entendiendo la Política, con mayúsculas, como ese arte virtuoso de organizar el entorno en el que nos ha tocado vivir. Aquella que no se encasilla en ideologías, sino que se centra en el bienestar de las personas. Aquella que en ningún caso es territorio exclusivo de los políticos, sino que se ejerce desde todas las esferas públicas o privadas. Y es así como desde 21gramos entendemos el Activismo Corporativo.

Las Empresas B estamos demostrando, con hechos, el poder transformador de las organizaciones para rediseñar los indicadores de progreso y co-construir una sociedad más justa, humana y sostenible. No queremos ser las mejores empresas DEL mundo, sino las mejores empresas PARA el mundo.

Sobre la Comunidad B Corp

Presente en 70 países y 150 sectores distintos, el movimiento empresarial B Corp impulsa un modelo empresarial orientado hacia la creación de valor para el conjunto de la sociedad y el triple impacto –ambiental, social y económico–.

El propósito de la empresa no puede continuar siendo únicamente el de generar valor para el accionista, una idea defendida incluso desde el Foro de Davos o la Business Roundtable. Urge reinventar el capitalismo. Las casi 4.000 compañías B Corp llevan este ideal a la práctica.

B Corp es mucho más que una etiqueta. Es una comunidad activa –y activista– de personas que tienen la convicción de que hay otra manera de hacer negocios, transformando modelos de creación de valor cuantitativo hacia la creación de valor compartido, poniendo en el centro de la estrategia el bienestar de las personas y el planeta.

B Corp es un espacio colectivo que permite a las organizaciones sumar esfuerzos para contribuir decididamente al desarrollo sostenible y a la Agenda 2030. Proyectar el futuro que deseamos… y alcanzarlo.

La activación de modelos de gestión ética no es una moda, sino un modo de comprender y de hacer empresa. Hoy, más que nunca, es tiempo de actuar.

Formar parte de la comunidad B Corp produce un claro orgullo de pertenencia, pero también supone una ambición renovada hacia un activismo corporativo que te compromete todavía más, si cabe. «Personas primero» no es solo una declaración de intenciones, sino un compromiso desplegado en un marco de actuación trazable. Marta González-Moro, CEO de 21gramos e impulsora de Marcas con Valores
El equipo de 21gramos representa la esencia de la comunidad B Corp: personas que se esfuerzan y se comprometen cada día por mejorar su impacto social e inspiran con sus acciones a otras compañías para formar parte de la comunidad de las mejores empresas para el mundo. Pablo Sánchez, director ejecutivo de B Lab Spain
Nueva Web

Nueva web, mismo propósito

nueva web

Gramers

21 gramos es el peso del alma. Esa alma representa nuestro compromiso con las personas y con el planeta, el propósito con el que nacimos en 2007 y que nos motiva cada día para seguir mejorando.

Mejorando por dentro… y por fuera. Porque, como siempre decimos, el fondo y la forma, el contenido y el continente, el qué y el cómo, son binomios inseparables en el terreno de la comunicación (y en la vida).

Bajo esa convicción, nos hemos parado a reflexionar y a reescribir nuestro propio relato para poder compartir, con mucho orgullo, la propuesta de valor de 21gramos a través de la renovada página web.

Más clara, accesible y visual

Con el objetivo de darle más y mejor visibilidad a nuestros productos y proyectos, la nueva web cuenta con un diseño mucho más limpio, optimizado y adaptado a todos los dispositivos móviles.

Un espacio para la conversación

Ortega y Gasset defendía que toda verdad es una verdad en perspectiva. Inspirados en esa idea, hemos creado un nuevo blog, un espacio de encuentro, de escucha, de conversación… y de perspectivas.

Desde el orgullo B corp

El activismo corporativo corre por nuestras venas. Como primera consultora de comunicación española en obtener la certificación B Corp y miembros de la gran Comunidad B, no podría ser de otra manera. Hemos querido trasladar ese orgullo de pertenencia a la nueva web, de la misma manera que lo trasladamos a todo lo que hacemos.

La transversalidad de la metodología SMART

Todos nuestros proyectos emanan de la inteligencia colectiva. Algo que puede aplicarse tanto al trabajo con nuestros clientes como a nuestra realidad de nuestro día a día dentro de la organización. A este modus operandi lo llamamos metodología SMART.

Somos talento comprometido

Todo esto no habría sido posible sin el compromiso gramer, un equipo diverso, transversal, multidisciplinar y colaborativo, pero, sobre todo, un grupo de personas que comparten la certeza de que otra manera de hacer las cosas es posible para co-construir una sociedad más justa, humana y sostenible.

Nos encantará seguir compartiendo este viaje contigo.

Teletrabajo

Decálogo del bienestar gramer: el teletrabajo en tiempos de COVID

teletrabajo

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El teletrabajo aún era un territorio inexplorado para muchas organizaciones cuando se decretó el estado de alarma por el COVID–19. A pesar de que el 30,6% de los españoles podría trabajar desde su casa, según un reciente informe del Banco de España, la realidad nos dice que solo el 8% practica su jornada laboral de forma telemática (ocasionalmente o más de la mitad de los días), muy por debajo de la media europea, que se sitúa en el 13,5%. Queda mucho por recorrer, si bien esta crisis sobrevenida ha obligado a transitar el primer tramo del camino en modo esprint.

Como nativos digitales, en 21gramos el teletrabajo siempre ha sido una opción más y se ha ejercido con total naturalidad. Claro que, una vez apagábamos el ordenador en esa «vieja normalidad», nos íbamos al gimnasio, a tomar unas cañas, al cine, al parque con los niños o a ver a nuestros padres o abuelos. Tampoco nuestras casas eran a la vez colegios ni centros de ocio, al menos no a tiempo completo.

Hasta a los equipos con menos cultura presencialista nos ha tocado reaprender, con lo que eso supone en términos de oportunidad y mejora. Entre otras cosas, hemos creado nuestro Decálogo del bienestar gramer, que queremos compartir con todo aquel que haya llegado hasta estas líneas por si le sirve de inspiración o de referencia, ya sea a nivel individual u organizativo.

Gandhi decía que «la felicidad es cuando lo que piensas, dices y haces están en armonía», una idea que conecta directamente con nuestra cultura corporativa. Con este Decálogo, queremos promover e inspirar un ambiente y entorno de trabajo lo más feliz posible, pero el bienestar común dependerá de la coherencia y consistencia del pensar, decir y hacer de cada uno de nosotros.

Disponibilidad: de 9:30 a 18:00 h.

Si necesitamos algo de un compañero y queremos contactarle por teléfono, es importante hacerlo entre las 9:30 y las 18:00 de lunes a jueves y de 9:30 a 14:30 los viernes. Fuera de este horario, debemos tener un motivo muy importante para hacer esa llamada.

Flexibilidad: configura tu jornada

Aunque la disponibilidad sea de 9:30 a 18:00, tenemos la opción de flexibilizar nuestra jornada siempre y cuando se atienda a los clientes y se cumplan las entregas.

Desconexión digital: el móvil, solo cuando toca

Intentemos no escribir en chats grupales fuera del horario general. Esto significa a partir de las 18:00 y, sobre todo, los fines de semana. Es preferible tener los chats en silencio y evitar en la medida de lo posible el «ruido digital».

Reuniones: espacio para la co-creación y la eficiencia

– Cuando haya reuniones con clientes, más de tres gramers son multitud. Aprovechemos el tiempo de los demás y mantengamos la buena costumbre, también trabajando en remoto, de hacer minutas de las reuniones para que los que no asistan puedan enterarse de todo.

– Es importante compartir en la convocatoria la agenda de la reunión y su objetivo.

– A la hora de establecer las reuniones y al comprobar la agenda de los compañeros que van a asistir, debemos evitar ponerlas seguidas. 5 minutos de descanso después de una reunión son necesarios.

Días sin reuniones: busca tu momento para trabajar

Es necesario bloquear un día o, al menos, media jornada, en la que no tengamos reuniones. Un tiempo que nos permita una mayor concentración y deje espacio para la inspiración. Nosotros hemos elegido el ecuador de la semana: los miércoles por la tarde.

Encuentros gramer: la información es empoderamiento

Es importante fomentar reuniones periódicas para conocer el status general de equipos y clientes, así como reuniones creativas e inspiradoras trasversales.

Si necesitas impulsar o poner en valor la comunicación interna en tu empresa, si tienes dudas o si quieres que el equipo especializado de 21gramos atienda tu caso personalmente, escríbenos a hola@21gramos.net.

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