Por Lucía Roncero, responsable de comunicación y cultura corporativa de 21gramos.
“El feminismo ha sido y es esa suma de acciones contra corriente, de rebeldías y afirmaciones, que tantas mujeres han hecho y hacen sin tener para nada la conciencia de ser feministas”. En un momento en el que, como plantea la filósofa Amelia Valcárcel, las mujeres pueden ya ser capaces de forjar una voluntad común para continuar con el avance en libertades, y con motivo del Día Internacional de la Mujer, en 21gramos queremos (humildemente) compartir algunas reflexiones de mujeres gramers de distintas generaciones sobre feminismo e igualdad.
Pensamientos que nos inspiran, hoy más que nunca, para seguir avanzando hacia la co-construcción de una sociedad más igualitaria y justa para todas.
Generación Z: lucha por un cambio real
Bárbara López (Ilustradora) Asunción Blanco, Mariola Moreno y Andrea Nogueiras (Ejecutivas de Cuentas)
Las nuevas generaciones recogen hoy los frutos del cambio sembrado por sus antecesoras. Ellas tienen en sus manos conservar lo ya hecho y seguir avanzando hacia un lugar común.
Son mujeres que, como Asun, tienen presente que ninguna conquista es permanente y la igualdad exige ahora de una lucha, quizá menos evidente tras derribar los muros del sistema, pero igual de consistente ante dinámicas cotidianas que no han cambiado: “Igualdad, para mí, sería vivir el género como un aspecto que no marcara ninguna diferencia en la vida de ninguna mujer. Hasta entonces, seguiremos trabajando”.
Pequeñas batallas diarias que (como relata la periodista Laura Martínez en Desde la trinchera: microbatallas feministas) aunque sean menos visibles, alimentan la desigualdad estructural y nos recuerdan que hay que estar reclamando constantemente. Así lo piensa también Mariola: “Se trata de un cambio real, un cambio en las conciencias y en la vida diaria. Que el género no suponga ningún pero para nadie”. Para ella, aunque todavía nos quede mucho para tachar de la lista el 5º ODS, la clave está en una educación feminista que nos haga más iguales y más libres. Andrea añade en este punto la necesidad de redefinir la cultura para alcanzar un cambio real: “Nacer hombre o mujer no se elige. Lo que sí se elige es la cantidad de cultura y conocimientos con los que esa persona decide nutrirse, y es un lugar que todavía nos queda por conquistar”.
Porque sí, estamos mejor, pero seguimos sin estar todas bien.
Millenials: nuevas creencias para re-construir el sistema
Ainara García (Técnica de Sostenibilidad) y Lucía Roncero (Responsable de Proyectos)
Para las gramers millenials el feminismo es, hoy, global, masivo, unitario e intergeneracional (Cecilia Castaño, Catedrática de Economía Aplicada de la UCM) y sus demandas son, han sido y serán, sinónimo de progreso social y económico. Una fuerza imparable que hace caminar a la sociedad hacia delante y que supera los prejuicios dados por hecho durante siglos.
Ainara conecta este camino, además, con el respeto, la empatía y la ideología de lo posible, “Alcanzar la igualdad consiste en normalizar todo aquello que una cultura, religión, tradición o prejuicio ha definido como antinatural o inconcebible, y avanzar hacia la creencia de todo es posible, es la máxima expresión de vive y deja vivir. La igualdad es el resultado de unir la empatía con el respeto hacia todas aquellas personas que, como nosotras, están de paso en un mundo que nos acoge para crecer y desarrollarnos”.
Erradicar desigualdades naturalizadas es para Lucía, el mayor regalo que le ha hecho mirar la realidad desde el feminismo (y más allá de él) y cree que debemos cambiar el enfoque para el futuro, pero también reescribir la historia con una nueva visión que acabe con la falta de referentes femeninos: “Llevábamos demasiado tiempo perpetuando roles que han adormecido las verdaderas vocaciones de las mujeres, a través de una historia contada por hombres”.
Generación X: un compromiso como ciudadanía
Elena Escobar (Directora de Proyectos)
El feminismo es cimiento de la democracia (debe serlo) y para la voz gen X gramer la igualdad es un derecho, pero también un compromiso que ha de adquirir la ciudadanía democrática.
Así lo considera Elena, para quien “la igualdad de género es equidad. Es paridad. Es imparcialidad. Es sociedad desprejuiciada, sin barreras, libre de estereotipos, adicta al diálogo y orgullosa de sus contrastes y su diversidad. Es hacer añicos el techo de cristal y acabar con las dificultades impuestas para alcanzar posiciones de liderazgo. Es convivencia. Es respeto y amor sin etiquetas ni censuras. Y es, asimismo, visibilidad, implicación y compromiso para ser ciudadanía con mayúsculas. Una CIUDADANÍA más pacífica, justa, próspera, sostenible, constructiva y transformadora”. Repensar el concepto de ciudadanía y sus sesgos de género será esencial para poder escribirla con letras capitales.
Generación Silver: la igualdad es co-responsabilidad
Teresa Arozarena (Consultora de RSC y Sostenibilidad)
La visión más madura de las mujeres gramers nos la da Teresa, que reivindica el valor de las diferencias y defiende que estas solo se gestionarán con éxito desde una igualdad real: “Es la diversidad la que nos permite abordar los problemas con éxito, desde todas sus perspectivas, y no es posible conseguirla sin igualdad de oportunidades”.
Además, resalta el concepto de la sororidad y la responsabilidad individual, pero también compartida, para aceptar las diferencias y valorar su riqueza: “A veces somos las más duras juezas de nosotras mismas; más que compartir los roles, hemos tendido a duplicarlos, con un coste físico y emocional tremendo. En ocasiones por no poderlos compartir; en otras, por no querer delegar. La co-responsabilidad requiere de confianza en las capacidades del otro: tanto entre hombres y mujeres, como entre generaciones, religiones o nacionalidades distintas.”
Movimientos como #Metoo, #NoMoreMatildas o #Niunamenos; mujeres líderes que construyen un futuro igualitario, como Kamala Harris, Alexandria Ocasio-Cortez o Okonjo-Iweala; activistas como Devermut, Malala o Emma Watson; profesionales pioneras como la primera árbitra en la Champions League, Stéphanie Frappart; o las galardonadas con el Premio Nobel en la ramas de Física y Química (dominadas tradicionalmente por hombres), Jennifer Doudna y Andrea Ghez, nos impulsan a todas las mujeres en 21gramos (son todas las que están, pero no están todas las que son), a seguir —aceptando nuestras propias imperfecciones— construyendo una sociedad mejor para todas, que responda a los desafíos del futuro en clave feminista.
Porque, parafraseando de nuevo a Valcárcel, “la medida de la libertad que tenga una sociedad depende de la libertad de que disfruten las mujeres de esa sociedad”.
Porque feminismo es sinónimo de un progreso que no deja a nadie atrás.