Por Lucía Roncero, directora de Comunicación y Contenidos de 21gramos.
Hace unos días Andy Jassy, CEO de Amazon, anunciaba que toda la compañía regresará, desde enero del año que viene, al modelo presencial de lunes a viernes de antes del COVID. El mensaje, con asunto «Strengthening our culture and teams», argumenta la decisión tirando de grandes palabras como cultura corporativa, colaboración, aprendizaje e innovación. Una noticia que reaviva el debate: ¿hasta qué punto es real la idea de que estar siempre juntos en la oficina (y por obligación) fortalece los equipos?
Según Forbes, sólo el 7% de las grandes empresas tecnológicas en el mundo tienen la obligación de trabajar en la oficina a tiempo completo y con su decisión de volver a la presencialidad en 2025, Amazon se enfrenta radicalmente a la tendencia flexible. En su mensaje, Jassy deja claro que el teletrabajo seguirá siendo una opción en casos excepcionales –si tú o tus hijos están enfermos, si tienes alguna emergencia en casa, si estás visitando clientes o socios, si necesitas un día o dos para terminar una tarea que necesita concentración– pero no se dará por sentado como la norma general. Según menciona, los últimos meses (en los que el gigante de comercio electrónico con más de 25.000 empleados fijos en España ha vuelto a la oficina tres veces por semana) han dejado patente las ventajas de compartir espacio para la que se ejercite la cultura empresarial.
El modelo híbrido, lo mejor de los dos mundos
Seguramente, la solución no se encuentre en una postura tan radical. Para nosotros la transformación cultural es el proceso por el que una compañía cambia su forma de hacer las cosas para hacer frente a las nuevas realidades o necesidades del propio negocio, de la sociedad y de sus trabajadores y, por tanto, no puede ser un mandato extremo con poco lugar para la conciliación. Ambos modelos, presencial y remoto, tienen ventajas que se pueden conjugar.
Parece evidente que la presencialidad mejora, según defiende el propio Jassy y diferentes estudios como los que analiza Business Insider en este artículo, la innovación, el aprendizaje y la creatividad, mientras que el teletrabajo favorece una red de empleados más diversa, ahorra gastos y, sobre todo, ayuda a equilibrar la faceta personal con la profesional.
Si algo está claro es que la conciliación no entiende de absolutos y, como defiende Pablo de la Hoz, COO & Co-Founder de la plataforma para el trabajo flexible Zityhub, no existirán beneficios de ir cinco días a la oficina si no están alineados con las expectativas de los empleados.
La conciliación es cosa de todos
Expectativas que tienen que ver con poder ser madres y padres, cuidar a un familiar enfermo o tener una buena salud mental. Aquí el matiz entre los términos corresponsabilidad y conciliación es esencial para entender la importancia de este tema en la sociedad. Porque no solo se trata de equilibrar las responsabilidades laborales con las personales y familiares sino también de un reparto justo de estas obligaciones asumidas, sobre todo, por las mujeres. Según Laura Baena, fundadora de Malasmadres y presidenta de la Asociación Yo no renuncio, sin conciliación lo que ocurre es que hay una relación desigual, desequilibrada, entre la vida y el trabajo. Afecta a las mujeres madres, en primera medida, pero también a los padres y al conjunto de las personas.
Es también cuestión de atracción de talento. En España, la segunda razón para elegir trabajo es la conciliación, solo superada por el sueldo, y ha escalado desde la octava posición de hace apenas ocho años. Para el 95%, además, es esencial para estar motivados.
Todas razones que revelan el enfoque híbrido como el mejor modelo hacia el que avanzar para aprovechar las ventajas del trabajo en remoto, con más conciliación, y del presencial, más colaborativo; para seguir siendo productivos pero, sobre todo, ser más felices como sociedad.
¿Quieres impulsar la transformación cultural en tu compañía? Podemos ayudarte. Te leemos en hola@21gramos.net.