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Ser B: el círculo virtuoso del activismo corporativo

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Por Marta González-Moro, CEO y socia fundadora de 21gramos

En 2019 celebramos con orgullo que 21gramos se sumaba a la familia B Corp. Nuestro cumplimiento con los más altos estándares en términos de desempeño social y ambiental, transparencia y responsabilidad empresarial nos convertía en la primera consultora de comunicación en obtener la certificación en España.

Pero lo más motivador nunca fue haber coronado una cima, sino saber que el camino continuaba al otro lado de la montaña. Con fuerzas renovadas y extraordinarios compañeros de viaje.

Convertirnos en B Corp supuso sin duda un punto de inflexión para emprender un proceso de mejora continua que, en escasos cuatro años, nos ha llevado a incrementar nuestras métricas de impacto en un 50%, una inyección de energía para seguir persiguiendo el propósito de construir una sociedad mejor para todxs. Más justa, más humana y más sostenible.

La evaluación de impacto de 2022 muestra que estamos por encima de la media de la puntación global de las B Corp, y por encima también en cada una de las dimensiones analizadas con respecto a nuestro país o compañías del mismo sector o tamaño, despuntando especialmente en gobernanza y medio ambiente. Un círculo virtuoso que nos hace cada día mejores, y que nos ha validado como B Way Partners para guiar a otros en este proceso de certificación o acompañarlos en la búsqueda de la excelencia del desempeño en sostenibilidad. En ese papel de sherpas que una vez nos atribuyó uno de nuestros clientes, nos reconocemos.

«No ha sido fácil, aunque nos hemos dejado la piel», que diría Revolver en esa canción cuyo título, 21gramos, parece un ejercicio de antropología convergente. Pero esta evaluación tan exigente pone números a lo que somos y hacemos desde hace ya más de 15 años: el 100% de nuestros proyectos impacta positivamente en el entorno en, al menos, una de las cinco áreas B Corp. Igualmente cabe señalar que nuestras ambiciosas medidas de reducción y compensación de emisiones implementadas tanto en nuestra oficina como en nuestros desplazamientos y eventos nos han permitido ampliar nuestros objetivos de descarbonización, acortando además el horizonte temporal y pasando de Net Zero en 2030 a Net Positive en 2022.

Pero si algo diferencia a 21gramos es su talento comprometido. «Personas primero» no es solo una declaración de intenciones, sino una realidad desplegada en un marco de actuación trazable. Como socia fundadora de esta compañía puedo asegurar que, si algo me ha enseñado el camino recorrido todos estos años, es que cuando las mejores personas para el mundo te acompañan en la ardua travesía de hacer un negocio al mismo tiempo rentable y responsable, el viaje se convierte en una fuente infinita de recompensas tras el descarte constante de atajos cortoplacistas. Lealtad al propósito y compromiso al desempeño definen nuestra cultura compartida en un equipo diverso, plural y sí, por qué no decirlo, activista.

Es entonces cuando se produce la paradoja de la incredulidad: aquellos que, desde la barrera, cuestionan e incluso subestiman la capacidad de las organizaciones no ya para mejorar la realidad que las rodea, sino la suya propia. La falta de ética, de voluntad o de liderazgo suele alimentar esta querencia a juzgar al otro, sin caer en la cuenta de que el veredicto final suele estar en manos de aquellos que te acompañan en el día a día. De tu gente.

Formar parte de la comunidad B Corp es liderar con el ejemplo: hacer antes que decir. Es asumir como propio el activismo corporativo, es creer firmemente que se puede hacer empresa y mejorar esta sociedad sin encasillarse en ideologías y huyendo de prejuicios excluyentes. Porque nadie, ni personas, ni empresas ni gobiernos, somos 100% sostenibles. El valor reside precisamente ahí, en la profunda sencillez de que todo, siempre, se puede hacer mejor.

Suerte Lotería 21gramos

Una cuestión de suerte

suerte lotería 21gramos

marta gonzález-moro

Por Marta González-Moro, CEO de 21gramos, impulsora de Marcas con Valores y editora de Igluu.

Queridxs co-inspiradores,

Increíble. Teníamos un pálpito. Probablemente mucha gente lo tiene. Pero en 21gramos sabíamos que esta vez sí. Que este era el año de la suerte. Y nuestro deseo se ha cumplido.

Hace unas semanas, en el programa de Joaquín (el del Betis), Mercedes Milá le recordaba que ella, como el 99% de los españoles, hacía pipí en la ducha. Traer a colación su célebre anécdota escatológica puede considerarse inoportuno, pero es que solo hay algo que supere ese abrumador dato científico arrojado por Milá: el 100% de las personas que viven en este país ha soñado alguna vez con que le tocase la lotería.

Hasta aquí un ejercicio práctico de clicbait: un titular de rabiosa actualidad –nos ha tocado la lotería–, un tema soez –hacer pis en la ducha–, datos que nos favorecen –el 99% de la gente– exagerados con el «y yo más» corporativo –para mí, el 100%– o la mención a famosos –Joaquín y Mercedes Milá–. Este podría ser un reflejo de lo que es el trabajo de quienes nos dedicamos a la comunicación. Al menos, en el imaginario colectivo.

Como supondrás, el número que teníamos no ha sido premiado en esta ocasión. Solo ha sido un juego: lo hemos hecho porque no queríamos que nuestra carta navideña muriese en medio del colapso de estos días –cuando recibimos todos esos mensajes dulces, cursis o bienintencionados que se apiñan dándose codazos para felicitar la Navidad–, sobre todo en un año tan especial: nuestro 15 aniversario.

Nacer como consultora especializada en sostenibilidad en 2007 puede tener similitudes con lanzar una agencia digital a principios de los noventa, cuando solo los locos apostaban por el marketing digital. Hace quince años, desde nuestro particular oasis, empezamos a confiar en nuestra propia suerte. A lo largo de estos años hemos jugado al número del esfuerzo, al décimo de la perseverancia, a la pedrea del rigor, a la fortaleza ante las crisis, a la ilusión del cambio, a la pasión del propósito, al deseo del impacto… así hasta llenar el bombo. Y este año nos hemos dado cuenta de que todos esos boletos estaban premiados.

Ahora consolidamos un proyecto nativo sostenible, basado en valores y construido desde la absoluta convicción de que otra manera de hacer las cosas es posible. Hoy los números nos dan la razón, pero también nos llenan de emoción. Tanta que necesitamos compartir nuestra fortuna.

En enero de este año presentamos el IV Estudio Marcas con Valores 2022, culminando un trabajo de investigación social comenzado en 2015. Cada edición implica una amplia consulta a la ciudadanía y la participación de casi un centenar de expertos y líderes de opinión. Algunos estaréis leyendo estas líneas, así que aprovecho para daros las gracias por vuestra generosidad para co-inspirar con nosotros. También queremos de nuevo agradecer el inquebrantable apoyo de Estrella Galicia, Leroy Merlin, Quironsalud y Samsung para hacer posible y colaborativo este trabajo que nos permite pulsar la evolución de la consumocracia pero, sobre todo, nos ayuda a comprender el rol que han de asumir las marcas y compañías para generar de verdad un impacto positivo.

Ante la infoxicación que existe hoy en torno a la sostenibilidad, con contenidos que se mueven entre el esnobismo intelectual y la casposidad de lo obvio, en febrero lanzamos una nueva y original propuesta editorial: Igluu. Tras dos números impresos junto a los amigos de Yorokobu y una plataforma digital de contenidos actualizados, estamos felices de saber que hemos logrado crear una comunidad igluuinfluyente alrededor de una línea editorial valiente y transgresora.

En este nuevo año que se vislumbra, sabemos que tenemos grandísimos retos para mantener el espíritu rebelde y anticipador con el que ha nacido Igluu, que materializa el alma libre de 21gramos. Un proyecto diferente que queremos abrir y compartir con todo nuestro ecosistema: marcas mecenas, anunciantes, clientes, artistas, escritores, diseñadores, periodistas, compañeros de B Corp y, por supuesto, los igluusers que nos ayudan a llevarlo a cabo.

21gramos, Marcas con Valores e Igluu forman parte de un único ser vivo interdependiente que se nutre del mismo propósito: co-construir juntos una sociedad más justa, humana y sostenible. Solo este año, sería imposible valorar todo lo que hemos hecho: cuántos emails, videollamadas, revisiones de estándar GRI, matrices de materialidad, estrategias ESG, contenidos, infografías, convocatorias de prensa, entrevistas, guías para formación y sensibilización, planillos, producción audiovisual, piezas de diseño gráfico… Un listado casi infinito de entregables que solo han podido salir adelante gracias al trabajo bien hecho: las tres plataformas las conforman un mismo equipo de personas talentosas y comprometidas de las que me siento profundamente orgullosa. Ellas, junto a nuestros más de treinta clientes activos, son la verdadera fortuna intangible de 21gramos.

Hoy brindamos por crecer juntas, por tener salud y seguir trabajando en lo que nos hace felices con quienes nos hacen felices. Las niñas y niños de San Ildefonso nos lo han confirmado: no tendremos millones pero, un año más, nos ha tocado la lotería.

Que 2023 os traiga todo lo bueno que os merecéis.

Feliz Navidad.

Que la fuerza nos acompañe

marta gonzález-moro

Por Marta González-Moro, CEO de 21gramos e impulsora de Marcas con Valores

«Así es como se gana: no luchando contra lo que odias, sino por salvar lo que amas». Si hay algún aficionado a Star Wars en la sala, probablemente le suene esta frase. Es la lección vital que la rebelde Rose Tico nos da en una de las escenas del Episodio VIII: Los últimos jedi. Sus palabras encierran una de las grandes claves para entender las motivaciones de los soldados de la resistencia, pero también nuestra vida a este lado de la galaxia.

No sería honesto deciros que para 21gramos este ha sido un mal año porque no ha sido así, a pesar de haberse presentado complejo como el que más. Cuando hemos hecho la reflexión de por qué consideramos 2021 como un buen año, nos damos cuenta de que la frase de Rose Tico resume el espíritu colectivo que nos mueve, nuestro propósito: desplegar y compartir nuestro talento comprometido para construir juntos una sociedad más justa, humana y sostenible.

Cuando lo hacemos, surge la magia. Durante este inaudito y singular año, hemos ayudado felizmente a nuestros veinticuatro clientes a la activación ética de sus marcas a través de proyectos estratégicos para acelerar la sostenibilidad en sus modelos de negocio. Hemos colaborado en la transformación cultural de sus organizaciones para conectar con sus grupos de interés y audiencias desde la escucha empática y los valores, y les hemos acompañado a la hora de reportar y rendir cuentas desde la transparencia y el rigor. Pero, sobre todo, este año hemos tomado junto a ellos más conciencia si cabe de que un mundo mejor es posible y que merece la pena esforzarse en construirlo a pesar de cualquier adversidad sobrevenida.

Queremos dar las gracias a todos nuestros clientes y colaboradores, a los miembros de las asociaciones y laboratorios de ideas en los que participamos, a nuestros compañeros de la comunidad B Corp que tanto nos aportan e inspiran, y a todas aquellas miles de personas –profesionales independientes, académicos, expertos, periodistas, emprendedores, innovadores sociales….– que nos acompañan en el camino a través de redes, eventos y un sinfín de proyectos de impacto en los que aprendemos colectivamente.

Me gustaría señalar en concreto que nos sentimos muy orgullosos de los informes que este año compartimos desde nuestra área de Inteligencia social. Escuchar el entorno para comprender y anticipar los cambios sociales y culturales y compartir ese conocimiento con cuantas más personas, empresas y marcas, mejor, ha sido irrenunciable para nosotros. Así, este año hemos coronado tres grandes cimas: el informe Marcas con valores: Impacto Covid y consumo consciente elaborado junto a Dirse y BLab Spain, el estudio ZShot Sostenibilidad que hicimos junto a Mazinn y Repensar, escuchar, colaborar: informe sobre reporting, transparencia y sostenibilidad de las marcas editado junto al Foro de Marcas Renombradas Españolas. Para una consultora como la nuestra, os garantizo que el esfuerzo ha sido titánico, pero hacerlo nos ha permitido de nuevo pulsar la realidad compleja, poliédrica y cambiante. Al mismo tiempo nos ha hecho seguir aprendiendo y, en muchos casos, también desaprender para humildemente mejorar nosotros mismos como equipo, hacer más excelentes nuestros productos y servicios, y ojalá inspirar a otros a modelar sus propios proyectos empresariales o personales.

Desde 21gramos miramos de nuevo al futuro, en corto y largo simultáneamente. Hoy mismo lanzamos una nueva web de Marcas con Valores totalmente renovada como anticipo a la presentación del IV Estudio Marcas con Valores 2022, que tendrá lugar el próximo enero junto a todos los colaboradores y marcas que lo hacen posible, consolidando así el trabajo que desde 2015 venimos haciendo en el ámbito del estudio de la consumocracia.

Además, este año venidero en el que celebraremos nuestro XV aniversario, lo abriremos embarcados en una enorme aventura: Igluu, una nueva plataforma editorial creada con nuestros amigos de Yorokobu que aspira a convertirse en un medio de referencia del lifestyle consciente. Creemos que lejos del esnobismo intelectual o moral hay un mundo de narrativas atractivas, creativas y estimulantes que nos inspiran para generar el cambio que mayoritariamente anhelamos como ciudadanos del siglo XXI.

Inmersos ya en la década de la acción, nos proyectamos sabedores de que nos queda #MuchoPorHacer y más convencidos que nunca de la necesidad de hacerlo, ocurra o no lo inimaginable de nuevo. Todos los gramers reafirmamos nuestra determinación de sumar voluntades, talento y creatividad. Si, como decía Tico, las guerras se ganan peleando por lo que amas, nosotros lo tenemos claro: lucharemos diseñando el mundo que queremos co-construir. Los rebeldes os esperamos.

Que la fuerza –del alma– nos acompañe.

Dinero Verde Finanzas Sostenibles

El dinero es verde

marta gonzález-moro

«Cuestionarnos permanentemente cuál es el propósito del dinero genera tantas frustraciones como reflexiones posibles. Sin embargo, hay una evidencia simple pero profundamente transformadora: hoy el dinero es más verde que nunca».

(*) Por Marta González-Moro, CEO de 21gramos e impulsora de Marcas con Valores.

Cierra los ojos. Piensa en un fajo de billetes. ¿Qué color tiene? Tu imaginación, condicionada por décadas de cine norteamericano, presumiblemente te haya hecho pensar en un maletín lleno de dólares de un vistoso color verde. Aunque, a este lado del Atlántico, la llegada del euro introdujo la variedad cromática en nuestras carteras, el verde es por excelencia el color del dinero, como rezaba el título de la película de Martin Scorsese. Pero, si el dinero siempre ha sido de ese color –o, al menos, desde el siglo XVIII, cuando las tintas para evitar las falsificaciones lo tiñeron de verde–, hoy podemos decir que lo es más que nunca.

Mi experiencia personal de estos últimos tiempos, en los que la docencia en materia de sostenibilidad me ocupa cada día más horas, me dice que, en función de la audiencia, la incorporación de los criterios sociales y medioambientales en los modelos de negocio o en los hábitos de consumo se interpretan –o, peor aún, se enjuician– como maquiavélicos o inalcanzables para el común de los gestores empresariales, y como falsos y engorrosos para el ciudadano de a pie.

A la hora de abordar el binomio formado entre empresas y emergencia climática, la retórica habitual suele ofrecer posiciones entre dos puntos polarizados que van desde el negocio ético hasta el ecoblanqueo o greenwashing, un eje ético-moralista simplificado en la nueva religión del propósito o en la denostación basada en la desconfianza, sea esta merecida o fruto de un prejuicio. Nos obsesiona cuestionarnos los porqués y nos ofuscamos en la búsqueda de una coherencia ética como unidad de medida para otorgar no ya legitimidad, sino veracidad, a la trazabilidad del relato corporativo que pone en valor el desempeño sostenible de las organizaciones.

Pero los datos son los datos: financiar o invertir en proyectos sostenibles es más rentable para los agentes financieros, y esto genera un efecto dominó en todo el mundo empresarial. Según el estudio La Inversión Sostenible y Responsable en España 2020 elaborado por Spainsif, la inversión sostenible y responsable (ISR) alcanzó los 285.454 millones de euros gestionados en España durante el ejercicio de 2019, un crecimiento histórico del 36 % respecto al año anterior. Ese dato no es más que la constatación de que las finanzas sostenibles se encuentran en un momento de expansión plena, una noticia fantástica para el futuro global. Aunque su impulso es considerable, su aceleración es más necesaria que nunca: según los propios cálculos de Spainsif, para cumplir lo marcado en los Objetivos de Desarrollo Sostenible se necesitaría una inversión entre los cinco y los siete billones de dólares, y apenas se están consiguiendo tres billones.

Los fondos Next Generation lanzados por la Unión Europea para la recuperación económica tras la pandemia pueden suponer una nueva inyección –en forma de 140.000 millones de euros– para transformar la economía española en clave de sostenibilidad, y las inversiones socialmente responsables son la pieza clave para hacerlo, ayudando a crear un sistema capaz de recuperarse mejor y más rápido de las crisis que vendrán. Las gestoras lo saben: en España, según un estudio realizado por el Observatorio Inverco, el 65 % de las gestoras cuenta con fondos que siguen criterios de sostenibilidad y un 29 % está en proceso de construirlos, por lo que nueve de cada diez de ellas pronto podrán ofrecerlos a sus partícipes.

«Financiar o invertir en proyectos sostenibles es más rentable para los agentes financieros, y esto genera un efecto dominó en todo el mundo empresarial»

Precisamente los fondos de inversión son un buen indicador de que la transformación ha llegado. BlackRock, el más importante del mundo, con un volumen de inversión equivalente al PIB de Japón y Francia juntos, ha comenzado a tomar medidas drásticas. Hace años que su líder,  Larry Fink –cuya famosa carta anual a los CEO es un referente incuestionable para todo el sector financiero- avisa de la necesidad de incorporar la sostenibilidad a la mirada financiera, el pasado mes de julio la compañía pasaba a la acción: castigó a medio centenar de empresas por no progresar frente al riesgo climático, y anunció que incrementaría su vigilancia en más de doscientas de ellas. Con este gesto, da un importante golpe en la mesa que demuestra su disposición, por ejemplo, a votar en contra cuando no se cumpla lo establecido en la divulgación de la información relativa a la sostenibilidad, un toque de atención muy relevante para las compañías y sobre el sector financiero en su conjunto, sobre los que BlackRock ejerce una enorme influencia.

Más allá de los grandes y pequeños fondos de inversión, las propias empresas también son conscientes de ese reverdecer de las finanzas. Según lo recogido en Repensar, escuchar, colaborar: informe sobre reporting, sostenibilidad y transparencia de las marcas>, el último informe que elaboramos desde 21gramos junto al Foro de Marcas Renombradas Españolas, nueve de cada diez consultados opinan que los inversores solicitan, cada vez más, conocer los criterios ambientales, sociales y de gobierno corporativo que poseen las empresas; y la misma proporción cree que integrar los criterios ASG ha supuesto un beneficio para conseguir financiación en mejores condiciones.

Con todo ello, ya sabemos cuánto cuesta frenar el cambio climático –o, al menos, cuánto deberíamos invertir en ello–. También comenzamos a saber el precio que tendremos que pagar si no lo hacemos. Un ejemplo práctico: hace apenas una semanas, el diario El País recogía las declaraciones de José María Carulla, director general de Marsh, el corredor de seguros y asesor de riesgos líder en el mundo, que advertía del encarecimiento de las pólizas por cuestiones relacionadas con el clima. «Cuatro de los cinco mayores riesgos futuros para las aseguradoras están relacionados con el medio ambiente. Ningún país se puede escapar del problema del cambio climático que ya está castigando las cuentas de resultados del sector asegurador; por lo que tendrán que elevar los precios de las pólizas para compensar esta situación», sostenía.

Cómo actuar para paliar las consecuencias de la emergencia climática que ya sentimos en nuestra piel y en nuestra cartera es uno de los retos más acuciantes a los que nos enfrentamos como sociedad. Cambiar los comportamientos individuales es importante, apostar por una regulación eficiente que impulse y acelere el cambio es crucial, construir alianzas cooperativas o poner la tecnología al servicio de la innovación social es imprescindible… Pero transformar las finanzas es impactar directamente en el corazón del sistema económico tal y como lo conocemos hasta hoy o, simplemente, reconectarlo con su verde esencia.

La hora de los valientes

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Si hacemos caso al pensamiento de Wittgenstein, los límites de nuestro lenguaje son los límites de nuestro mundo. En un entorno que parece cambiar cada vez más rápido, los límites, las palabras y la forma de usarlas también están en permanente transformación. ¿Qué queremos decir hoy cuando calificamos a una empresa como sostenible y a sus líderes como líderes del siglo XXI?

La primera y más importante lección que nos deja la pandemia es que somos interdependientes: vivimos en sociedad y nuestras decisiones y actos empresariales trascienden las fronteras corporativas. Otra, que la tecnología es la palanca de la innovación para solucionar los grandes retos de la humanidad; y, una tercera, que la sostenibilidad, de manera holística, debe ser una meta común para toda la organización y no circunscribirse a un departamento. Todo ello forma parte de una transformación cultural que es ya una prioridad: aunque todos los miembros de las corporaciones deben formar parte del cambio, son los CEOs y los Consejos de Administración quienes deben liderarlo desde el ejemplo. Debemos articular un lenguaje compartido que marque nuestra manera de pensar, hacer y contar dentro y fuera de la compañía.

«El nuevo liderazgo es aquel que, escuchando a la ciudadanía, conecta el desempeño de su organización con el anhelo común de un mundo más justo, humano y sostenible»

Hace ya años que empezamos a interiorizar el mensaje de que el beneficio de las empresas iría indiscutiblemente de la mano de su propósito y de su gestión implícita del impacto medioambiental y social con la mirada en el largo plazo. La pandemia no ha hecho más que demostrarlo: si no reconstruimos juntos un sistema en el que todos nos salvemos, no habrá sistema que salvar. Ante esta nueva realidad, también como ciudadanos estamos todos cada vez más implicados para hacerlo: ejercer el voto ya no es suficiente, puesto que asumimos que con nuestras propias decisiones construimos la sociedad que habitamos. El nuevo liderazgo es aquel que, escuchando a esa ciudadanía, conecta el desempeño de su organización con el anhelo común de un mundo más justo, humano y sostenible.

Empachados de la comunicación de buenos propósitos, hoy queremos saber qué –pero, sobre todo, cómo– lo están haciendo las compañías para conseguir las metas sostenibles que aparecen en la Agenda global. La honestidad del líder y de la propia compañía no son negociables: igual que aplaudimos nuestros logros, es hora de contar qué tenemos pendiente e incluso en qué no hemos obtenido los resultados esperados, superando el lenguaje triunfal de los discursos orientados a la satisfacción de los accionistas para apostar por una comunicación transparente que subraye el compromiso conjunto y la ambición de las organizaciones para seguir avanzando hacia el futuro que queremos.

Aunque la realidad compleja nos empuje a menudo hacia el escepticismo, existen motivos para ser optimistas: es la hora de los líderes valientes. Sabemos que aún queda mucho por hacer, pero que es el momento de hacerlo diferente porque el mañana empezó ayer, pero lo construimos –y lo contamos–, juntos, hoy.


(*) Marta González-Moro es CEO de 21gramos e impulsora del movimiento Marcas con Valores.


Esta tribuna fue publicada en el número de mayo de la Revista APD, especial sobre el panorama CEO. Puedes descargar la revista completa en este enlace

21gramos Es Una B Corp

¿Por qué 21gramos es una B Corp?

21gramos es una B Corp porque ha sido certificada por B Lab por su cumplimiento con los más altos
estándares en términos de desempeño social y ambiental, transparencia y responsabilidad empresarial.

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Qué son la B Corporations o B Corps

Las B Corporations (o B Corps) lideran un movimiento global de personas que usan la fuerza de los negocios para generar un impacto positivo. Somos un grupo creciente de empresas que estamos reinventando los negocios, usando su poder de mercado para desarrollar una economía más inclusiva y sostenible.

La Certificación B Corp mide el desempeño de la gestión en el conjunto de la empresa y cubre cinco áreas de impacto clave: Gobernanza, Trabajadores, Comunidad, Medio Ambiente y Clientes. El proceso de certificación es riguroso, debe obtener más de 80 puntos y proporcionar evidencia de prácticas social y ambientalmente responsables, incluidos el suministro de energía, el uso de agua y residuos, la indemnización de los trabajadores, la diversidad y la transparencia corporativa. Para completar la certificación, la compañía debe incorporar legalmente su compromiso con el propósito social en los estatutos de su compañía.

Algunos hechos concretos que certifican a 21gramos como B Corp

  • El propósito de 21gramos es ayudar a activar la gestión ética de las marcas con el objetivo de construir una sociedad más justa, humana y sostenible. B Corp certifica que la mayoría de nuestros ingresos por servicios y proyectos generan un impacto positivo social y medioambiental en nuestros clientes y sus grupos de interés. El Consejo Directivo revisa trimestralmente y anualmente estos hitos.
  • Contamos con un manual de empleado «Código Grammer» en el que reflejamos de qué manera apostamos por la igualdad de oportunidades, transparencia y colaboración mutua. Apoyamos la conciliación de la vida personal y familiar. Facilitamos el acceso a la formación y desarrollo personal y profesional. Castigamos el acoso y el abuso. Motivamos el voluntariado y servicio a la sociedad. Durante nuestra actividad diaria maximizamos la eficiencia energética, el ahorro de agua y tratamos residuos y reciclaje. El promedio de satisfacción entre empleados es de 81-90%
  • Mantenemos una escucha activa con nuestro equipo y nuestros colaboradores con el fin de mejorar nuestro desempeño social y medioambiental. 

La Comunidad B

21gramos ahora es parte de una comunidad de más de 2.700 empresas a nivel mundial. La comunidad B Corp refleja la economía europea con compañías procedentes de múltiples industrias y tamaños. Estas incluyen marcas internacionales y conocidas como Patagonia, Triodos Bank, Ecoalf, Danone e Innocent.

La certificación como B Corp de 21gramos es un paso notable y señala un cambio hacia una mayor responsabilidad y transparencia en el sector de las consultoras y agencias de branding, comunicación y sostenibilidad.

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Testimonios

«Nos alegra especialmente vuestro logro porque somos conscientes del trabajo y compromiso que ha supuesto para 21gramos alcanzar esta meta ¡Enhorabuena!»

Pablo Sánchez, Director Ejecutivo de B Lab Spain

 

«En nombre de todo el equipo y como fundadora de 21gramos, solo quiero decir que me siento muy orgullosa de estar aquí y ahora. Estoy verdaderamente comprometida a ser parte de este movimiento. ¡Vamos a hacerlo!»

Marta González-Moro, Socia Fundadora de 21gramos e impulsora de Marcas Con Valores

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